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“Al final del día yo sólo quiero que cada alumno sepa algo más de su oficio, que haga mejor alguna operación, que respete la nobleza de los materiales y el ingenio de las herramientas, que se sienta orgulloso de la calidad de su obra. Yo no puedo saber cuál será su destino, si tendrá empleo, si montará un taller, si trabajará en otra cosa; pero me gustaría que su trabajo sea siempre apreciado por él en primer lugar, y también por su empresa, o por sus clientes”.
Con esas manifestaciones sólo logran la estigmatización de los que sí fuimos a estudiar y no a generar violencia. ¡Abajo los encapuchados, que ojalá los cojan y judicialicen! ¡Arriba la protesta pacífica y abierta al debate! No se puede permitir que por 30 desadaptados se condenen a miles de estudiantes responsables.
ResponderEliminarLas decadentes elites colombianas no escuchan a la gente sencilla que los superan con multiples argumentos solidos y coherentes. Recurren pues a la servil imposicion de las reglas por la fuerza, mientras llaman a "discutir". Frente a esta agresion sistematica, los menos arrodillados, afortunadamente reaccionan. Algunos incluso en su indignacion recurren a la violencia lo que es justo. Todas las iniciativas por oponerse a los abusos de una comunidad son respetables. Lo que no es justo es que dicha violencia no se ejerza como parte de una politica conciente aprobada por la mayoria sino como una iniciativa aislada de la masa de indignados. Por supuesto por legitima que sea una lucha siempre habran los aguas tibias que llamaran a la moderacion y que sirven a veces de manera inconciente a las elites que buscaran dividir el campo de los afectados.
ResponderEliminarConclusion buscar unir a los abusados bajo una politica acertada para mantener la unidad una vez que el abuso lleve a algunos abusados a una defensa violenta de sus derechos y libertades.